Grandes esperanzas

FUERTE MENSAJE político ayer en Interviú: Olvido Hormigos dice que con su cuerpo hace lo que quiere. Hormigos fue el sofoco veraniego de un movimiento ultra que malamente tolera a las mujeres como para que además se les masturben a la cara. Su desnudez en la revista es revolucionaria: sale más vestida de como saltó a la fama y no dice nada nuevo, entre otras cosas porque la aportación ideológica de Hormigos en los últimos meses ha sido subirse a un trampolín. Al hacer ese vídeo lejos del matrimonio la concejala de Yébenes fue durante días el tam tam de una improvisada corriente política de Ferraz a la que se sumó Esperanza Aguirre, si bien esta última con un maquiavelismo tan elaborado que hasta puso hashtag: #olvidonodimitas. Las sensaciones ayer eran malas. Las mías también, pero no por ella, que me parece una señora con una osadía terrible, sino por el photoshop. El photoshop es una herramienta estalinista que empezó usándose con Trotski y terminó cebándose con el colesterol; toda la informática que le sobra a Hormigos en el cuerpo parece necesitarla en las ideas su alter ego de la marca seria del PSOE, Beatriz Talegón, obsesionada con fabricarse una imagen a la altura de su irrupción. Protagonista de un vídeo que la exhibió arrojada y juvenil dando patadas a las latas, Talegón defiende los escraches si no hay insultos ni se invade la privacidad de la gente: si no lo son. Talegón merece ir a uno con su pancarta de change the world y que los líderes de la PAH aparezcan en coches de lujo para colapsarla emocionalmente. La velocidad con la que se han ido desinflando las dos socialistas que más apoyo popular han conseguido en el último año es desconcertante: una ha terminado desnudándose y la otra vistiéndose. Todos los esfuerzos se concentran ahora en distinguir una cosa de la otra.